Un paseo de Navidad 2011

Un paseo de Navidad 2011
Primer acto oficial de la asociación. La semana fundacional de nuestra asociación fue la de Todos los Santos del año 2011. Nos preguntamos cuál podría ser la primera actividad y decidimos por proximidad de fechas recuperar una visita turística que, unos como público y otro como guía, habíamos hecho 20 años atrás. Era una visita a las escenas navideñas en los retablos de las iglesias bilbilitanas. Visitamos la iglesia de San Andrés, la ermita de Consolación, el santuario de Nuestra Señora de la Peña, el claustro de Santa María, la iglesia de San Pedro y el oratorio de Ruzola (San Pascual). Al estar cerrados los conventos de Carmelitas y Salesas, que formaron parte de la primitiva visita, decidimos enriquecer ésta con explicaciones sobre ilustres bilbilitanas, a las que siempre tenemos olvidadas. Así conocimos a Preciosilla y a su hermana Musseta, a Violante de Algaraví, Leonor López de Córdoba, Marcela y a unas cuantas bilbilitanas, madres de celebres ciudadanos como la de Luis Vives, Michel Montaigne, Vicente Blasco Ibáñez o Peribáñez el de Peribáñez y el comendador de Ocaña. A esto añadimos unos intermedios musicales para los que contamos con sendos cuartetos de saxofón y clarinete, con el buen hacer a la guitarra de Eduardo Gormedino, la voz de Nacho del Rio acompañado al armoniun por Santiago Beltrán, el piano de David Forcén, la paciencia y buen rock de Big Bam, y un curioso espectáculo de la Navidad rumana. Nunca agradeceremos lo suficiente lo que aquella inesperada concurrencia supuso para nosotros. Tuvimos que hacer dos grupos porque no cabíamos en algunos de los espacios elegidos. Fue una buena forma de iniciar nuestra andadura y de animarnos a continuarla (26.12.2011).

Desarrollo

UN PASEO POR LOS RETABLOS DE LA NAVIDAD

1. IGLESIA DE SAN ANDRÉS
Retablo de principios del siglo XVII con el cuerpo flanqueado por triple columna de orden corintio y rematado por frontón partido y arrollado en volutas.
La titular es identificada por la tradición como Santa Águeda, aunque carece de atributos característicos, pero al tratarse de una imagen relicario y tener la teca en el pecho… Santa Águeda es la patrona de las mujeres, nació en Sicilia en el siglo III y murió durante la persecución de Decio. Rechazó el amor del gobernador romano y fue enviada a un burdel, allí la sometieron a tortura y le cortaron los pechos, curándola milagrosamente San Pedro. Finalmente, la echaron sobre brasa y la recluyeron en un calabozo donde murió. En el aniversario de su martirio, el Etna entró en erupción, y los ciudadanos de Catania se salvaron porque el velo de la santa desvió el torrente de lava. Aparte de proteger a las mujeres, se le invoca contra terremotos, erupciones y fuegos. El velo se conserva en la catedral de Florencia, lo problemático es a la hora de decidir donde se conservan los pechos, porque al menos se nombran seis lugares diferentes a lo largo del mundo.
En el banco del retablo dos óleos sobre tabla:

• Anunciación: Aparece la Virgen arrodillada ante un atril con un libro abierto. En el libro podemos contar catorce o quince líneas escritas que podrían hacer referencia a los quince salmos graduales que eran los que recitaban los judíos cuando llegaban al templo, como ascenso y fin de la peregrinación. Del 120 al 134, se cree que son para conseguir el perdón de Dios y con ello la elevación espiritual. Gabriel, también arrodillado, lleva la vara de azucenas como regalo a María y como símbolo de la pureza. Estar arrodillado significaría para algunos que la Virgen ya ha concebido, por tanto nos encontraríamos ante una Encarnación y no una Anunciación.
• Visitación: Aparece en primer término la Virgen joven abrazando a su prima Isabel, cuyo atuendo recuerda que ya tiene una edad en la que era difícil quedar embarazada, al fondo el paisaje de Aim Karem. Se representa el momento en el que Isabel dice a María: “Bendita tú entre las mujeres”.

Leonor López de Córdoba

Hija del maestre de Calatrava y Alcántara, y de una sobrina de Alfonso XI. Nació en Calatayud aproximadamente en 1363, se crió en el Alcázar de Segovia, con las hijas de Pedro I el Cruel. A los siete años, su padre la casó con el caballero Ruy Gutiérrez de Hinestrosa, de gran fortuna, como ella misma relata en su libro: “tenía hasta 300 caballeros, 40 madejas de perlas como garbanzos, 500 moros y moras como esclavos, vajilla por valor de 2.000 marcos de plata, y las joyas y el resto de bienes, no se podrían escribir en dos pliegos de papel”.

Cuando Enrique II de Trastámara mata a Pedro I, el padre de Leonor huye con las infantas al Castillo de Carmona. El rey lo sitia y el padre de Leonor se rinde a cambio de que las infantas sean enviadas a Inglaterra y que se respete su vida y la de los suyos. El rey cumple la primera parte, pero decapita al protector y encierra a toda su familia en las atarazanas de Sevilla donde, a consecuencia de la peste, mueren todos salvo Leonor y su esposo. Tras nueve años de cautiverio, son liberados al morir el rey.

El marido, trata inútilmente de recuperar su fortuna y es ella quien, con su desbordante ambición y sus tejemanejes, se va enriqueciendo.
En 1404, regresa a la corte como valida de la reina Catalina de Lancaster, hija de una de las infantas a las que su padre había protegido. Al morir Enrique III, Catalina gobierna como regente y Leonor goza de un enorme poder, pero por su carácter intrigante, Catalina la expulsa de la corte en 1412.
Marcha a Córdoba enriquecida y allí muere en 1430.
Tuvo cuatro hijos. Escribió sus memorias convirtiéndose éstas en la primera biografía en lengua castellana, por tanto Leonor fue la primera biógrafa. Y puestos a ser la primera, también lo fue como valida en la historia de España.
Vicenta Márquez de la Plata obtuvo el premio Ateneo de novela histórica con “La Valida” basada en la vida de Leonor López de Córdoba.

2. COLEGIATA DE SANTA MARÍA. CLAUSTRO
El claustro mudéjar data de la segunda mitad del siglo XIV. Ya en 1412, por bula del Papa Luna, se habilita en él una cátedra de teología.
La sala capitular vieja, está cubierta por bóveda de crucería simple con nervios diagonales y clave, y se podría datar en el siglo XV.

Retablo de la Epifanía. Se trata de un retablo de pintura al temple de huevo sobre tabla, compuesto por banco, cuerpo con tres calles y remate. En el banco: San Sebastián, San Fabián, San Antonio Abad, San Cosme y San Damián. En las calles laterales, de arriba hacia abajo, nos encontramos con la Anunciación, Nacimiento y Resurrección. Al otro lado, Ascensión, Pentecostés, y Coronación de la Virgen. En el centro del retablo, la Adoración de los Reyes y corona el conjunto un Calvario. Es una obra del siglo XV que los últimos estudios atribuyen a Tomás Giner o a su taller. Este retablo estuvo en la exposición de Barcelona del año 1929.

• Anunciación
La Virgen está arrodillada sobre lo que parece una alfombra recia o una tarima, porque María está por encima del resto de los mortales al haber sido concebida sin pecado original. De nuevo, la encontramos leyendo. A su espalda, Gabriel arrodillado, lo que significa que es una Encarnación. Entre ambos aparece la jarra con las tres azucenas que simboliza la pureza y las tres virginidades de María: antes, durante y después del parto. Sobre Gabriel hay una filacteria con el saludo Dios Padre.

• Nacimiento
Escena clásica del Nacimiento con el Niño en el regazo de María. José aparece como un anciano con su cayado, a sus pies arde un pequeño fuego, y a su espalda se sitúan la mula y el buey. El nimbo de José no es redondo como los del resto de los personajes que aparecen en el retablo, sino poligonal, porque el artista quiso representar a José como una figura del Antiguo Testamento, mientras que el resto de los personajes forman parte del Nuevo. El portal es prácticamente el mismo que en la Epifanía. Ambas escenas se representan en el exterior de la puerta, lo que quiere decir que nos encontramos al comienzo, a la entrada, del Misterio de Jesús.

• Epifanía
El portal, como hemos dicho, es el mismo que en la escena del Nacimiento. Ocupa el centro la Virgen con el Niño en un brazo y con la otra mano sostiene la copa de oro que le ha ofrecido el Rey Melchor. A su lado, José con el nimbo poligonal. Delante, el Rey Gaspar de pie, y al otro lado el Rey Baltasar, tras él la mula y el buey. Al fondo se observa una curiosa cabalgata con tres caballos y sus jinetes y un paisaje con torres que se corresponderían con el castillo de Herodes. Coronando la escena, la estrella que apunta directamente al portal.
Llaman la atención, en primer plano, los útiles de carpintería, por lo que algunos estudiosos relacionarían este retablo con la hermandad de carpinteros.
La Epifanía es la manifestación de Cristo como Dios. En realidad son cuatro las epifanías: la Adoración de los Reyes, el Bautismo de Cristo, las Bodas de Caná y la Multiplicación de los panes y los peces.
Respecto a los Reyes Magos diremos que, según la tradición, eran sacerdotes de Mitra, que procedían de Persia. Hacían guardia en la cumbre de un monte para descubrir la estrella que los llevaría ante el Salvador. Según algunos astrónomos, la estrella no sería tal, sino la alineación momentánea de cuatro planetas del sistema solar, señal para ponerse en camino. Hasta que el Papa León I, en el siglo V, zanjó la cuestión. No queda claro el número de magos. Por ejemplo, las iglesias de Siria y Armenia llegan a referirse a doce. Se dice que Santo Tomás Apóstol los bautizó en la India, los ungió como obispos y predicaron en Oriente hasta su muerte. Los primeros en fallecer fueron Melchor y Gaspar. Cuenta la leyenda que cuando murió Baltasar, los anteriores se movieron en el sarcófago y le hicieron un hueco. Fueron enterrados en Saba y trasladados a Constantinopla, donde los descubrió Santa Elena.
San Eustorgio, obispo de Milán, viajó a Constantinopla para que Constantino lo ratificase, y Santa Elena le regaló el sarcófago con los restos de los Reyes Magos.
En el siglo XII Federico Barbarroja invadió Milán, y el arzobispo de Colonia se llevó las reliquias a su ciudad. En el siglo XIII se construyó un relicario de oro para evitar que la gente tocara las reliquias, aunque los visitantes ilustres a la catedral las podían tocar con un tenedor de oro. Nunca han estado incluidos en el santoral, aunque la iglesia admite sus nombres como nombres de pila. Son invocados por los peregrinos para marchar sin cansarse y son los patronos de los fabricantes de barajas.
Respecto a lo que simbolizan los presentes, y ellos mismos, nos referiremos en San Pedro.

Casulla del siglo XVI. Con escenas de la Circuncisión, Presentación, Adoración, Visitación y Esponsales.

· Circuncisión. La circuncisión se tenía que hacer a los 8 días de edad, en este caso, el día 1 de enero, y la costumbre era enterrar los restos. Pero según los evangelios apócrifos, la matrona guardó el prepucio de Jesús en una jarra de alabastro, con esencia de nardos, y se la dio a su hijo, que era perfumista, con el encargo de que la conservara siempre. No se sabe muy bien cómo pero la leyenda sigue y hace que San Juan Bautista sea quien le da a María Magdalena esta reliquia y que es, por cierto, una reliquia que trajo de cabeza a algunos estudiosos, llegando incluso a plantearse si en el momento de la resurrección Cristo resucitó con o sin esta parte de su cuerpo. Tan controvertida reliquia, tras las cruzadas, llegó a tener hasta 14 relicarios repartidos por toda Europa. En España, en Burgos y en Santiago.
El culto a ella, que en la actualidad nos resulta cuando menos curioso, hace años era de gran veneración, incluso por parte de algunos reyes, quienes la hacían llevar a sus palacios para los momentos del parto de las reinas. Fue derogado por un decreto del año 1900. En el pueblecito italiano de Calcata, en la región de Lazio, se siguió venerando la reliquia, llegando a sacarla en procesión el 1 de enero de 1983. Al año siguiente, el párroco de la población denunciaba el robo. Suponemos que se llevaría a cabo, no tanto por la reliquia, como por el relicario.

· Presentación. Según el levítico, toda mujer tenía que presentarse en el templo a los 40 días de dar a luz. Si el hijo era varón, la madre debía estar 33 días, tras la circuncisión, purificándose a través de la oración y el recogimiento. Los primogénitos debían de ser consagrados al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto a los que había salvado Dios.
José y María, como eran pobres, llevaron dos palomas blancas y al entrar en el templo, el anciano Simeón tomó al niño en brazos y lo bendijo diciéndole que sería la luz que iluminase a los gentiles. También anunció a la Virgen que una espada le atravesaría el corazón, siendo éste el primero de los siete dolores: huida a Egipto, el Niño perdido, camino del Calvario, Crucifixión, Descendimiento y Ascensión. También estaba en el Templo la profetisa Ana.

Violant de Algaraví

Pintora bilbilitana del siglo XV.
Procede de una familia bilbilitana bien relacionada y con aspiraciones de nobleza, los Sánchez de Algaraví. Alguno de sus miembros fueron importantes cargos eclesiásticos como canónigo de Santa María o en el caso de Fray Martín, Prior del Santo Sepulcro. Otros, casaron con las mejores familias de Calatayud. El primero que consiguió llegar a caballero fue Miguel Sánchez de Algaraví, que fundó en 1412 una cátedra de teología en Santa María, a la que dotó con un huerto y una biblioteca, compuesta por 76 volúmenes, lo que por entonces era un gran número de libros.
Sus padres, de los que hay referencia en el APN, datan de los años 1445 y 1446. Eran Miguel de Algaraví y Violant de Chalez (procedente de Daroca).
Su padre murió dejando cinco hijos menores y, tras diversas circunstancias, la tutela quedó en manos de su madre y de uno de sus tíos maternos (también de Daroca) lo que hizo que la casasen muy joven con el darocense, mercader, converso y viudo, Andrés López Beltrán.
Quedó viuda muy pronto y regresó a Calatayud, donde la casaron con García Pérez de Orera, rico notario de la ciudad. Con este matrimonio los Algaraví consiguieron dinero y Pérez de Orera, señorío. Tuvo un hijo, Juan, y volvió a enviudar, quedando el niño bajo la tutela de su madre y sus familiares, lo que indica que el marido había aceptado la primacía social de la familia Algaraví.
Mujer religiosa, culta y preocupada por la educación de su hijo, generosa y querida. Hizo testamento a los 33 años y por él sabemos que pintaba tapices y cortinas, pero seguramente también tablas, ya que entre los bienes que dejó aparecen una imagen de Jesús, unos cojines pintados y un retablo de la Virgen, igualmente se deduce que tuvo al menos dos alumnas de pintura.
Fue enterrada en la capilla de Santo Tomás de Aquino de San Pedro Mártir de Calatayud. También dejó en el testamento para hacer el retablo de dicha capilla, telas para frontales de altar de distintas iglesias y dinero para las obras de la Iglesia de Santo Domingo.
Como en la época en que vivió Violante Calatayud bullía en lo cultural y creativo, es fácil pensar que el exceso de trabajos artísticos no hiciera distinciones entre hombres y mujeres.

3. IGLESIA DE CONSOLACIÓN

Para algunos sería la sinagoga mayor. Existía ya en el siglo XIV porque en ella se depositó el pendón arrebatado al pabellón de Pedro I de Castilla durante el sitio de Calatayud.

Retablo de los desposorios. Siglo XVI
Aparece el sumo sacerdote ataviado como indica el Éxodo; sostiene las manos de José y de María.
La Virgen está acompañada por seis mujeres, que en realidad tendrían que ser siete, ya que representan a las siete compañeras vírgenes de María que, junto a ella, estaban encargadas de hacer un velo para el templo. José aparece acompañado por tres hombres; representan a los pretendientes rechazados.
Al fondo, el arco de la puerta de entrada, puesto que los desposorios entre los judíos tenían carácter de contrato civil y se celebraban a las puertas del Templo.
Destaca, casi en el centro de la escena, el bastón florido de San José.
Los sacerdotes deciden casar a María antes de que mancille el templo con el periodo (aproximadamente a los doce años), y le buscan esposo entre los viudos del pueblo. Los sacerdotes recogen las varas de todos los pretendientes y entran al templo a rezar, a la salida las devuelven a sus dueños, siendo la última la de José, de la que según unos saldría una paloma y según otros florecería, lo que significa que es el elegido por Dios como esposo de la Virgen. La vara tiene tres azucenas que representan la pureza y virginidad de María, antes y después del parto. Además, por si no quedara suficientemente claro, en la vara podemos leer “toda limpia es mi amiga y sin mancha”. Coronan la escena el Espíritu Santo y un Ángel.
Volviendo al matrimonio, decir que el ceremonial hebreo lo divide en dos partes: los esponsales o promesa de unión, que es lo que aquí se representa, y después las nupcias, cuando el marido lleva a su casa a la esposa. Entre una y otra ceremonia tenía que pasar un año, por eso María estaba desposada, pero sin relación íntima con José.

La festividad de los desposorios se celebra el 23 de enero y como reliquia se han llegado a conservar hasta cinco anillos, cuatro de ellos en Francia y, de estos, dos en Notre Dame.
El más importante de todos es el quinto que se conserva en la catedral de Perugia. Este anillo, de piedra, parece que fue llevado a Chiusi por Santa Mustiola en el siglo III. Pero hay otra versión que dice que, a principios del siglo XI, un judío de Roma, dio este anillo a un joyero, indicándole que había de tener especial veneración por él. El joyero lo olvidó y perdió en la iglesia de Santa Mustiola. Diez años después, el único hijo del joyero falleció llevándolo a enterrar en la mencionada iglesia y, a mitad del sepelio, resucitó acusando al padre del pecado de descuido y, tras tener la seguridad de la reparación de la culpa, murió plácidamente. A partir de ese momento, comenzaron los milagros y las rivalidades por conseguir el anillo.
Finalmente, fue depositado en el convento de franciscanos de Chiusi de donde, años más tarde, lo robó un fraile alemán con intención de llevarlo a su país, pero al pasar por Perugia una intensa niebla impidió al fraile seguir andando y entregó el anillo a la catedral de Perugia donde, tras infinitas luchas y con la intercesión del Papa Inocencio VIII, quedó con el anillo. Tiene capilla propia, un hermoso relicario, cofradía, fiestas, se le invoca como protector de las familias y en los casos de embarazos difíciles.

Niños Jesús
Se encuentran en este templo tres tallas del Niño Jesús que seguramente procedan de alguno de los desaparecidos conventos de la ciudad, puesto que era un regalo muy típico para las novicias. El niño representa la inocencia, la dulzura y el silencio. De los tres, destaca el niño que tiene pintados en el traje los atributos de la pasión.
La devoción al niño comienza cuando se busca la adoración de Jesús no sólo como Dios, sino también como hombre.
Erasmo, Lutero, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, sienten gran devoción por la imagen del niño. A Santa Rosa de Lima se le apareció el Niño Jesús y el carmelita Venerable Cirilo de la Madre de Dios, encontró al Niño Jesús de Praga.
En Castilla, además de la devoción carmelitana, se crea una pastoral en Valladolid en 1540, en la que se recomienda el culto al Niño Jesús “para evitar el gran daño que las malas mujeres hacen de echar a los niños en los ríos, muladares y otras partes”, con la recomendación de crear cofradías bajo la advocación del Niño y de San José para acabar con esta situación.
En Calatayud, tuvimos una imagen del Niño Jesús muy milagrosa en el convento de la Merced. Por devoción de Fray Juan Molina quien llamaba al niño su “Capitán Sagrado”. Entre otros milagros, nos cuenta el padre Faci que, en cierta ocasión, encontraron a Fray Juan rezando en su celda rodeado de pájaros que se habían unido en su oración al Niño.

Preciosilla

Manolita Tejedor Clemente, nació en Calatayud en 1893, el nombre artístico se lo puso un amigo suizo, tanto por su belleza, como en recuerdo al personaje de Cervantes.
Debutó a los 15 años en Madrid, con un repertorio de Quinito Valverde (La reja de la Dolores, El pobre Valbuena, Clavelitos o el Polichinela). Al año siguiente, ya convertida en su amante, la llevó a Paris, de donde volvió sabiendo francés y, según cuentan las crónicas, sobre todo, latín. Al regresar tomó clases de canto con el maestro Larruga. La revista Arte y Artistas dijó de ella en 1916: “Es una de las mujeres más hermosas de Europa y una de las mejores artistas de España. El empresario que no la haya contratado, no tiene ni idea de arte ni de estética. Queremos decir que es un tarugo”.
En 1917, en Valencia, montó un espectáculo con La Chelito y, casi en el comienzo, multaron a ambas artistas con 500 pesetas por las procacidades del espectáculo, clausurando el teatro princesa durante seis meses.
Realizó giras por América cosechando grandes éxitos, sobre todo en las Antillas, de las que volvió millonaria a pesar de que su representante se había quedado con gran parte del dinero.
Durante la guerra civil siguió triunfando en Madrid, ciudad a la que quería como propia, y eso que era una ferviente defensora de Franco, tanto que una vecina marxista estuvo a punto de asesinarla.
Álvaro Retama con muy mala leche le achacó un romance con Jacinto Benavente asegurando que, debido a su hermosura, no se le exigían especiales dotes artísticas, y que realizaba el milagro de cantar sin voz… Pero ella nunca usó el micrófono.
Por su belleza tuvo un montón de amantes que, eso sí, tenían que cumplir el requisito de ser muy solventes, y es por ello que se le conoció como la reina de los brillantes. Parece ser que rivalizaba con La Bella Otero, por ver cuál de las dos poseía más joyas, llegando a salir al escenario vestidas únicamente con ellas. La Bella Otero murió arruinada, porque tuvo la costumbre de jugarse el dinero y las joyas, pero nuestra Preciosilla, al morir en 1952, legó a su hermana más de cinco millones de pesetas de la época.
Su hermana Mercedes, cinco años mayor que Preciosilla, debutó como cupletista en el Trianon Palace de Madrid, en el mismo año que Manolita, con el nombre de Musseta. Pero como su aspiración en la vida era el arte de bien casar y lo consiguió, se retiró pronto de los escenarios. Enviudó y con el dinero que le dejó su hermana hizo que le construyeran un espectacular mausoleo. Al fallecer, en 1963, legó todos sus bienes y los de su hermana a instituciones piadosas.

4. SANTUARIO VIRGEN DE LA PEÑA
Retablo de San Francisco Caracciolo. Del siglo XVII con San Miguel, Anunciación, Virgen del Pilar (modernísima), Visitación y San Rafael.
En el ático, San Juan Bautista y el titular, una talla de San Francisco Caracciolo.
Francisco de Caracciolo
De familia acomodada, nace en los Abruzzos (Italia) en 1536. De natural fiestero, a los 21 años contrae una enfermedad en la piel que parece lepra y promete a Dios que si le cura se hará sacerdote. Sana de manera milagrosa y comienza a estudiar Teología en Nápoles; se ordena y, con un grupo, hace apostolado en las cárceles. En 1558, Juan Adorno manda una carta a otro Caracciolo invitándole a formar una congregación, carta que, por error, recoge Francisco, quien se pone en contacto con Juan. Tras retirarse durante 40 días a un monasterio camaldulense, fundan los Clérigos Regulares, que fueron quienes se hicieron cargo de este santuario hasta 1835. Llevó una vida humilde a pesar de ser superior general y de que el Papa le propusiera varios obispados a los que renunció porque en su regla existe la norma de no aspirar a cargos importantes. Falleció el 4 de junio de 1608.

Anunciación. En esta ocasión el arcángel Gabriel aparece sobre una nube de pie, lo que significa que efectivamente se trata de una Anunciación. La Virgen aparece sentada y tiene a su lado una madeja de hilo rojo porque, según el protoevangelio de Santiago, las vírgenes que estaban tejiendo el velo del templo echaron a suerte los colores para el bordado y a María le tocaron el escarlata y el púrpura. Sobre la Virgen aparece el Espíritu Santo en forma de paloma, rodeado de nubes, iluminando la escena, aunque justo el rayo que debería dirigirse a María esta oscuro, porque Lucas nos dice: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
Visitación. Isabel y María se abrazan; detrás de Isabel, su esposo Zacarías, y detrás de María, María Salomé y María Cleofás. La Santa Compañía. Según una leyenda medieval, Santa Ana estuvo casada tres veces y con cada uno de los matrimonios tuvo una hija a la que puso por nombre María, luego éstas serían hermanas de la Virgen, y madres de cinco apóstoles.
Retablo de la Virgen de la Sierra. Por las armas de la Esclavitud, suponemos que fue ésta la que costeó el retablo en los primeros años de su fundación en 1648. Es de madera policromada con columnas corintias de fuste torso y frontón partido, con la Virgen de la Sierra en la calle central, aunque en origen estaría dedicado a la Virgen Blanca. A los lados, en relieve, San Joaquín y Santa Ana. En el banco, en pintura sobre tabla, San Roque, Adoración de los Pastores, ¿San Agustín?, San Blas, Adoración de los Reyes y San Antón; en el centro, la cabeza de San Gregorio. San Gregorio Ostiense, natural de Ostia, hizo el camino de Santiago en el Siglo XI; le gustó la experiencia y se quedó en España adecentando el camino y ordenando sacerdotes, entre otros a Santo Domingo de la Calzada. Murió en nuestro país y está enterrado cerca de Los Arcos (Navarra). Su cráneo está metido en un busto relicario de plata. En cierta ocasión, por su intercesión, buena parte de Navarra se vio a salvo de una plaga de langosta y desde entonces es protector contra las plagas de langosta, pulgón y otros insectos. Cada vez que a algún pueblo se acercaban estos insectos, se solicitaba la cabeza del santo para que los protegiera. De ahí viene el dicho, anterior al de Viajas más que el baúl de la Piquer, Viajas más que la cabeza de San Gregorio. En 1786 la cabeza de San Gregorio fue paseada por las comarcas de Calatayud y Daroca.

Adoración de los pastores. La parte central del cuadro la ocupa el momento de adoración de uno de cuatro pastores al Niño. Parece que el pintor haya tomado como punto para apoyar el caballete el interior de la cueva, y con esa excusa nos puede mostrar el exterior, en el que vemos unos montes blancos y desérticos, como los que se aprecian desde este santuario, y unos edificios posiblemente en estado ruinoso. Esto implica que el nacimiento de Cristo es momento de renovación, atrás queda lo viejo, las viejas leyes, el Antiguo Testamento.
Adoración de los Reyes. La escena se compone de dos partes, de un lado la Sagrada Familia y, de otro, dos de los Reyes y un paje; en el centro, el momento de adoración de Melchor al niño. La familia se ve en la entrada del pesebre y, como fondo, un arbolado. De la simbología de los reyes hemos hablado en el claustro de Santa María y lo haremos en San Pedro.
Sagrada Familia. En el ático, una Sagrada Familia. Los escritores de devoción, sobre todo los jesuitas y desde el siglo XVI, desarrollaron la idea de que este grupo forma una Trinidad terrestre que se corresponde con la divina.
Lienzo de la Sagrada Familia. Hasta la fecha, este lienzo aparece siempre nombrado como Sagrada Familia o Sagrada Generación. Si nos fijamos no encajan los personajes secundarios con San Joaquín y Santa Ana, quienes deberían aparecer representados algo más ancianos. Vemos a la Virgen, pletórica, y sobre ella al Espíritu Santo y Dios Padre acompañado de ángeles. A la izquierda de San José y de quien se supone Santa Ana, con quien parece el niño en brazos, enfrente,  presuntamente Joaquín, con un ángel. Si estudiamos el retablo desde arriba observamos una cabeza cortada puesta sobre una bandeja con una espada, que simboliza a San Juan Bautista; el personaje con el ángel parece ser Zacarías, a quine le ayuda a decir el nombre de Juan; enfrente, Santa Isabel con San Juanito en brazos. Y, hablando de niños, diremos que en el siglo XVI había en el santuario de la Peña una capilla dedicada a San Marcial, con célebre hermandad de caballeros, según Mariano del Cos; este santo habría nacido en Bilbilis y peregrinado, siendo muy niño, a Tierra Santa, donde tuvo el privilegio de ser el niño que llevó la cesta con los cinco panes utilizados por Jesús para la multiplicación de los panes y los peces.

Madres

Hemos hablado hasta el momento de dos mujeres importantes en sus profesiones, pero si hay algo que solo una mujer puede hacer es ser madre. Y a madres bilbilitanas con hijos famosos nos vamos a referir.
Blanca March Almenana. Es el nombre de la madre de Luis Vives. Según Pedro Montón Puerto, natural de Calatayud y descendiente de los judíos conversos de la familia Santángel.
Luis Vives nació en Valencia en 1492, en 1509 su padre, preocupado por la persecución a la que estaban sometidos los conversos, lo mandó a estudiar a la Sorbona. Tres años después alcanzó el grado de doctor y se trasladó a Brujas. En 1526 su padre fue condenado y quemado por la inquisición y en 1529 su madre, quien había muerto de peste en 1508, fue desenterrada y quemada por judía.

Luis Vives fue profesor en Lovaina, donde se hizo amigo de Erasmo de Rotterdam. De Brujas pasó a Inglaterra tras rechazar una oferta de profesor en la Universidad de Alcalá por miedo a la inquisición. También fue profesor en Oxford y Canciller de Enrique VIII, en cuya corte se hizo amigo de Tomás Moro y de Catalina de Aragón. Regresó a Brujas pero fue reclamado por Catalina de Aragón para impartir clases de latín a su hija María. Por tomar partido equivocado en el asunto del divorcio de Enrique VIII y Catalina, perdió el favor real, buscando entonces la ayuda de Carlos V quien le otorgó una pensión. Murió en Brujas, en 1540.

Entre sus aproximadas 60 obras, escribió Tratado de socorro de pobres, considerado el texto precursor de los servicios sociales en Europa. Su tratado de latín se editó más de ochenta veces. Fue precursor de la antropología y la psicología moderna. Aún en el caso de que la madre no fuese de Calatayud, sí sabemos que tuvo un cuñado judío converso quien tomó como apellido Maluenda, y sí era de Calatayud.
“Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre.”
Antonia López de Villanueva. Este nombre no les será muy conocido… y, en francés, Antoinette de Loupes, tampoco… pero se trata de la madre de Michel de Montaigne. Doña Antonia descendía de una familia judía de nombre Pacagón. Debía ser todo un carácter; su marido hizo mención en el testamento destacando su intervención directa en el engrandecimiento del dominio Montaigne y dejó dicho que, al pasar a vivir con Miguel en el castillo de Montaigne, fuese a condición de que ella no ejercerría sobre él “más que una supervisión honorable y maternal con todo el honor, respeto y servicio filial”.
El hijo nació en Burdeos en 1533. El padre era el alcalde de la ciudad y lo envió a vivir con unos campesinos para que descubriera la pobreza. Fue educado en latín y griego y sólo cuando dominó estas lenguas, aprendió francés. Todos los días lo despertaban con música. Estudió leyes y trabajó en tribunales durante doce años. Tras un accidente ecuestre y después de la muerte de su padre se retiró a los 38 años al castillo familiar, donde escribió su obra cumbre, Ensayos, por la que se considera el creador de este género literario. Fue elegido alcalde de Burdeos y Enrique IV quiso nombrarlo consejero, a lo que rehusó. El lema de su casa es ¿Qué se yo? Falleció en 1592.
Hay una estatua suya frente a la Universidad de la Sorbona que es un amuleto de buena suerte para los estudiantes; parece ser que tocando su pie derecho obtienen mejores notas en los exámenes.
“Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”.
Ramona Ibáñez Martínez. Tampoco este nombre les será conocido, pero si decimos que se casó con Gaspar Blasco, natural de Aguilar de Alfambra (Teruel), y juntamos los apellidos, coinciden con los de Vicente Blasco Ibáñez. Por cierto, esta señora debía ser muy conocida en Calatayud porque cuando don Gaspar se inscribió en la cofradía de la Agonía, en el libro quedó registrado como Gaspar Blasco, de la Ibáñez.
Vicente Blasco Ibáñez nació en Valencia el día de San Valero de 1867, donde sus padres tenían una tienda junto al mercado central. Se licenció en derecho y fundó algunos periódicos de inclinación republicana. Hizo sus pinitos en el teatro, coincidiendo el fallecimiento de doña Ramona el mismo día en que se estrenó su obra El juez.
Fue diputado republicano por Valencia y, por sus ideas, encarcelado, desterrado y exiliado. El presidente Francés Raymon Poincare le encargó escribir un libro sobre la guerra y así nació Los cuatro jinetes del apocalipsis, que obtuvo un gran éxito, siendo el libro más vendido de la época en EEUU y adaptado para la película con el mismo título que protagonizó un jovencísimo Rodolfo Valentino.
Otras obras famosas son: Cañas y Barro, La Barraca, Arroz y tartana, El Papa del mar (sobre el Papa Luna).
Aunque se le asocia con la generación del 98, no fue bien visto por sus coetáneos, entre otras cosas, porque ser el único que se enriqueció con la literatura.
Firme candidato a obtener el premio Nobel Se exilió voluntariamente a Mentón (Francia), durante la dictadura de Primo de Rivera, donde falleció en 1928, dejando dicho que quería que su cuerpo descansase en Valencia, pero nunca antes de que España fuese una república.
Su entierro en Francia fue multitudinario, pero espectacular fue el de Valencia, donde fue trasladado en 1932, durante la Segunda República; allí estuvieron presentes todas las autoridades posibles desde Alcalá Zamora para abajo. Sus restos llevados a hombros por marineros del Grao desde el puerto hasta la lonja, donde permanecieron tres días recibiendo los honores de 400.00 personas. Fue enterrado en un nicho del cementerio civil a la espera de la finalización del mausoleo que se estaba construyendo. Mariano Benlliure construyó un precioso sarcófago que acabó en el museo de artes decorativas de Valencia, puesto que con la llegada la guerra, y con ella Franco, fue difícil pasar a don Vicente a un mausoleo. Y ahí continúa, en su nicho provisional ochenta años después.
“Tenemos dos fuerzas que nos ayudan a vivir, el olvido y la esperanza”
Si decimos Oliver Heggli Nonay, seguramente no les resultará nada conocido. Es un niño de 10 años que va al colegio con las hijas de Obama, es concretamente el primer niño nacido en Washington D.C. el 11 de septiembre de 2001, lo que significa que es un símbolo de esperanza en ese día tan aciago para la historia de los EEUU. La madre, María del Carmen Nonay Vela, también es de Calatayud.
Y acabamos con una madre de ficción.
Seguramente casi todos hemos oído hablar de Peribañez y el comendador de Ocaña de Lope de Vega. Pues bien, la madre del comendador también era de Calatayud, como dice su padre en la obra de teatro:
Valiente es el muchacho como un Cid
Más no tiene ni un rastro de virtud,
En creciendo, si Dios me da salud,
Le meto al punto fraile de la Vid
Antaño se me quiso ir a Madrid
Y quedose, comprándole un laúd
Era su madre de Calatayud
Y sus abuelos de Valladolid

5. IGLESIA DE SAN PEDRO DE LOS FRANCOS
La sacristía de esta Iglesia es de planta cuadrada, está cubierta por bóveda de crucería simple y destaca la lacería de inspiración mudéjar del intradós de los arcos. Los cuadros que vamos a estudiar parecen obra de algún discípulo de Pedro Aibar Jiménez quien pintó otros parecidos, pero de mejor calidad, para la capilla de San Joaquín en la Colegiata de Santa María.
Adoración de los pastores. La escena se representa en el portal de Belén que, en este caso, se encuentra en lo que parecen las ruinas de un templo romano, lo que significa que Jesús viene a destruir los mitos paganos y se establece un nuevo orden. Pasamos de la antigua Ley y el Antiguo Testamento a una nueva Ley y al Nuevo Testamento.

De izquierda a derecha aparecen la mula y el buey, junto a San José con la vara florida quien, en esta ocasión, se representa como un hombre joven. Junto a él, y detrás de la Virgen que está arrodillada, un joven que parece cargar en sus espaldas un cuévano. Casi en el centro de la escena, el niño en una cuna de pajas, cubierta por una tela blanca. Tras él, dos ángeles arrodillados adorándolo. En primer término, un pastor, semidesnudo con aspecto anciano, junto a una joven pastora que carga con una oveja organizando la adoración. Un arcángel que indica a un pastor joven con cayado y una oveja en sus hombros (parece una profecía de la parábola del Buen Pastor) donde se encuentra la Sagrada Familia. A sus pies, un perro descansando; el perro es símbolo de misericordia, justicia, paz y verdad; las virtudes que vendrían con la llegada de Cristo a la tierra. Por último, en el ángulo superior derecho, la escena que representa al ángel aparecido a los pastores anunciándoles que ha nacido El Salvador, con la cartela Gloria in excelsis Deo.

Adoración de los Reyes. En esta ocasión, María ocupa un lado del lienzo, sostiene al niño desnudo en brazos, que está en actitud de bendecir a Melchor, arrodillado a sus pies. Un paje, que se encuentra delante de José, sostiene la ofrenda del primer Rey, detrás Gaspar con el suyo, quien le sostiene el manto, y tras ellos Baltasar con su paje negro en la misma actitud. Finalmente, dos pajecillos cuidan de los caballos. Detrás de los Reyes, otros cinco personajes que parecen formar parte del séquito y tras ellos la representación del castillo de Herodes. Sobre los caballos, se ve la blanca estrella.

Simbología de los Reyes y de sus presentes:
Son tres, por las tres personas de la Santísima Trinidad.
También son tres los hijos de Noé quienes, tras el diluvio, marchan por el mundo: Sem se establece en Arabia, Cam en África, y Jafet en Europa. Por lo tanto aparecen las tres razas. Aunque parece ser que a Baltasar se le comienza a representar de color negro a principios del siglo XV en Alemania. Desde luego, en los mosaicos de Rávena los tres Reyes son blancos.
Representan también las tres edades del hombre: juventud, madurez y ancianidad.
Los dones son:
Oro, que ofrecen al niño como Rey, o para aliviar la pobreza de la Virgen. Se relaciona con la Caridad y por eso, en ocasiones, Melchor aparece vestido de rojo.
Incienso, que ofrecen al niño como Dios, y para mejorar el olor del establo. Se asocia con la Fe y por eso en ocasiones Gaspar viste de blanco.
Mirra, como hombre mortal, que también sirve para matar los gusanos del pesebre. Se asocia con la Esperanza de la resurrección y por eso Baltasar suele vestir de verde.

Marcela

Finalizamos las semblanzas femeninas con Marcela.
Marco Valerio Marcial, nuestro más universal poeta, marchó a Roma para terminar sus estudios hacia el año 64 d.c. Contaba con la protección de Séneca, pero tras el suicidio de éste, hubo de buscarse la vida y se dedicó a la poesía. Permaneció en Roma treinta y cinco años y tuvo amigos como Plinio el joven, Juvenal o Quintiliano, consiguiendo la protección de los emperadores Tito y Domiciano, aunque sus descendientes se olvidaron de él y decidió regresar a su añorada Bílbilis.
Una vez aquí contó con el apoyo de su admiradora Marcela, quien le regaló una finca cerca del Jalón y le ayudó en su vejez. Marcela, como ejemplo de generosidad y como la primera bilbilitana de la que tenemos noticia escrita, bien merecería un busto frente al de Marcial en la plaza del Fuerte, porque es bien sabido que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer y, casi seguro, que Marcela lo fue.

6. ORATORIO DEL BUEN PARTO

Construido por el ayuntamiento en 1670, sobre el solar de la casa en la que naciera el venerable carmelita Fray Domingo de Jesús María Ruzola en 1559. Posteriormente se amplió y se permitió construir una tribuna desde la casa de Mariano Lobera a la Iglesia. En 1824, Jacobo Herlueta remozó la fábrica. La Iglesia es de nave única, cubierta con bóveda de lunetos. Al ser propiedad del ayuntamiento la iglesia contaba con algunos escudos de la ciudad.

El retablo mayor es obra, seguramente, de Jerónimo Secano o su taller en el siglo XVIII. En el cuerpo del retablo se contempla la lactancia de San Bernardo con otros santos, Santa Catalina y el propio Ruzola.
En el banco, Santa Águeda, Santa Lucía, Nacimiento, Epifanía, Santa Úrsula y Santa Inés. El Nacimiento y la Epifanía, que son los que nos interesan en esta visita, están parcialmente tapados por el actual titular del templo: San Pascual Bailón. A la derecha del santo de Torrehermosa, el Nacimiento. Aparece la Virgen casi presentando al recién nacido a San José y a un ángel arrodillado, mientras el buey da calor con su aliento a la criatura. A la izquierda la Epifanía: Gaspar y Baltasar flanquean a la Sagrada Familia, mientras Melchor, que ya ha dejado su ofrenda, en una tan curiosa como tierna representación de la adoración, besa el brazo que le ofrece el Niño. Cabe destacar que, además de la ofrenda, ha dejado a los pies de María su corona de Rey pues está adorando al que ha de ser el Rey de Reyes.
Fray Domingo de Jesús María Ruzola, Como nos encontramos en el lugar de su casa natal acabamos esta tarde, complementada con mujeres, con la breve semblanza de un hombre. El Venerable Ruzola nació aquí el 16 de mayo de 1559. Por consejo y a ejemplo de su tío se hizo carmelita llegando a ser prior de Valencia y Toledo, fundador y prior de Madrid, consejero de papas, reyes y santos, como San José de Calasanz, general de la Orden en Italia, legado pontificio y parte importante en la Batalla de Praga (además en esta ciudad algo tuvo que ver con la fundación de la iglesia de su celebérrimo Niño Jesús). Inició la obra pontificia Propaganda Fide. Falleció en el Palacio Imperial de Viena el 16 de febrero de 1630.