La última excursión del año en busca de las ermitas de la comarca bilbilitana nos llevó al valle del río Grío. Además de encontrar la arruinada ermita de San Gil en la localidad de Codos que, sorprendentemente y contra toda norma del equilibrio, conserva un arco diafragma, asistimos a un hecho extraordinario, el Grío con caudal, cuando lo común es que no lleve ni gota de agua.
Pero lo más fascinante fue el abrigo que le han ceñido al hermoso peirón de las Almas, situado en el trayecto de Codos a Tobed, un modelo en pachwork, realizado con coloristas aplicaciones de ganchillo. Todo esto a sólo media hora de Calatayud. Merece la pena darse alguna que otra vuelta por la comarca, es asombrosa.