El Claustro

Claustro mudéjar

El claustro mudéjar de Santa María de Calatayud es de planta rectangular muy marcada, consta de nueve tramos en sus lados mayores y de cinco en los menores, cubiertos con bóveda de crucería sencilla, por una de las cuales queda adosado a la colegiata en su lado norte.

Se abre al patio central a través de arcos apuntados separados por contrafuertes. Se trata de un claustro de grandes proporciones, probablemente concebido con función de estudio, ya que duplica en extensión el modelo más común de claustro mudéjar aragonés.

Su construcción parece corresponde a los primeros años del siglo XV, conociéndose su existencia ya en 1412 cuando el caballero bilbilitano Miguel Sánchez de Algaraví donaba al cabildo de Santa María una biblioteca con destino a la fundación de una cátedra de Teología, que fue confirmada por el papa Benedicto XIII el 27 de septiembre de 1413 y que el mismo pontífice amplió con la creación en 1415 del Estudio General de Calatayud, dotado con once cátedras, que sería clausurado tres años más tarde por orden del papa Martín V.

A lo largo de su dilatada historia ha sido objeto de numerosas y necesarias intervenciones arquitectónicas correspondiendo algunas a los primeros años del siglo XXI, poco antes de su adecuación como museo, y las últimas finalizadas en marzo de 2023.

El 14 de diciembre de 2001 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad las partes mudéjares de la colegiata de Santa María de Calatayud: el ábside, el claustro y la torre.