En primavera se retoman con fuerza las romerías y celebraciones en las innumerables ermitas del entorno de Calatayud, para rendir culto a sus correspondientes santos y advocaciones.
A diferencia de las de invierno, el paisaje y el clima aportan una visión más amable a los festejos, aunque este año también está trayendo más agua de la deseada, impidiendo en algunas ocasiones su celebración completa. Pero como todo tiene su parte positiva, la naturaleza nos muestra un colorido y un aspecto extraordinarios; no puede estar más bonita y los festejos, casi siempre al aire libre, se desarrollan en el mejor de los escenarios.
Una de las primeras romerías de la primavera es la que tiene lugar en la ermita de la Virgen de la Torre, en Pozuel de Ariza, alrededor del 25 de abril. Se trata de una fiesta que está en vías de recuperación, ya que ha sido este año 2018 cuando un grupo de vecinos y allegados al pueblo han tenido la gran idea de juntarse en la ermita, que poco a poco van recuperando, a la que hace tiempo se perdió la costumbre de subir en romería, para celebrar una serie de actividades lúdicas y, por supuesto, la tradicional comida de hermandad. Se trata de una magnífica iglesia, alejada del pueblo, situada debajo del imponente Castillo de la Raya o de Martín González, y que conserva todavía un artesonado mudéjar excepcional. La pila bautismal estaba en medio de la iglesia y, según la tradición, quienes eran bautizados en esa pila, tenían derechos en Aragón y en Castilla. El límite del municipio, provincia y comunidad autónoma pasa por la ermita: una parte es de Pozuel, en Aragón, y la otra de Monteagudo de las Vicarías, en Castilla, por lo que se decía que el cura predicaba en una región y los fieles oían el sermón en otra.
Ya en el mes de mayo tiene lugar la romería a la Virgen de Semón o de las Aguas, a la que asisten cuatro pueblos de la Comunidad de Calatayud y del Campo de Daroca durante cuatro domingos consecutivos. Olvés, el primer domingo, el segundo Acered, término donde se encuentra la ermita y de donde la Virgen es la patrona, y los dos domingos siguientes los pueblos de Alarba y Castejón de Alarba. Si el mes de mayo tiene cinco domingos, el último van los cuatro pueblos juntos. El paraje donde se encuentra la ermita es bellísimo y el templo grandioso, muy bien conservado y sus paredes lucen atiborradas de exvotos. Después de recibir a la Virgen, tiene lugar una misa baturra y al finalizar el pueblo correspondiente invita a un vermú y después, en los alrededores de la ermita, cada cual da parte de su comida.
En Arándiga el segundo lunes de mayo se realiza la romería al Bolaje, en honor de los santos Cosme y Damián. La ermita es un pequeño edificio con varios anexos, junto al que se han habilitado espacios para preparar las brasas y protección ante las inclemencias, que se encuentra situada en el límite municipal con Brea de Aragón. Destacado papel juegan en esta singular romería las cruces procesionales, peanas, banderas y pendón. A las siete de la mañana parten de la iglesia parroquial dos cruces procesionales, dos banderas, blanca y azul, y el pendón rojo; las tres peanas (además de la de los santos Cosme y Damián, hay otras dos de Santa Lucía y la Purísima) se quedan en la iglesia. En la balsa de la Cruz del Plano, después de una breve homilía, una cruz procesional y la bandera azul vuelven al templo, mientras el resto de la comitiva inicia la romería. Paran en los Cuatro Caminos en donde se bendicen los términos y se hacen reverencias con la cruz, la bandera azul y el pendón rojo. Cuando llegan a la ermita vuelven a realizarse reverencias en la puerta. Finalizada la misa, se come al aire libre. Se recitan versos y se canta hasta la hora de regresar, volviendo a practicarse las reverencias antes de iniciar el retorno con el cura. Cuando en el pueblo reciben la señal del acercamiento de los romeros, salen de la iglesia la otra cruz procesional, la tercera bandera y las tres peanas a buscarlos con un segundo cura. El encuentro es el momento más emotivo de la jornada, se saludan y reverencian sucesivamente todos los elementos participantes, acabando con el abrazo de los dos sacerdotes. Al pasar por la ermita de la Purísima vuelven a rendir honores las banderas. Acaba la romería en la iglesia parroquial con nuevas reverencias de las banderas en el atrio y la adoración de las reliquias ya en el interior del templo.
El domingo más cercano a la Ascensión, este año 2018 el 13 de mayo, los atecanos celebran multitudinariamente la festividad de la Ascensión del Señor en la ermita que lleva el mismo nombre. Se trata de una ermita pequeña, rectangular, con pórtico a modo de refugio, construida de piedra y tapial en un cerro, antiguamente llamado cerro de San Asensio y poblado de pinos. Antes de la misa, que se celebra a las 12:30 horas fuera de la ermita, se reparten sangría y patatas fritas. Durante la celebración se van preparando brasas para hacer la carne y la comida que tiene lugar en las mesas instaladas por el entorno. Es muy curiosa la ejecución de un castillo humano que da la vuelta alrededor de la ermita ondeando un pendón, cosa que se repite en Ateca al finalizar la romería, donde se monta nuevamente el castillo, y tras ponerse en cuclillas todos los componentes para pasar bajo el Arco de San Miguel, sosteniendo el pendón, recorren el camino que va desde el arco hasta el Ayuntamiento donde el que corona el castillo ondea el pendón desde lo alto.
El último sábado de mayo, este año el día 26, se traslada en Bordalba a la Virgen de los Santos en romería a la ermita de su nombre, que parte a las cinco de la tarde de la iglesia de la localidad. Realmente la festividad de la Virgen, patrona del pueblo, se celebra durante los días 8 y 9 de septiembre, pero los vecinos todos los años la llevan en esta fecha a visitar su antigua casa. Una vez que llega la virgen, acompañada de música, por el cura y los romeros, precedidos por la cruz parroquial, se celebra la misa y después, mientras se prepara un chocolate para el postre, a merendar en el paraje que linda con la ermita, entre campos de cereales, de toda la gama de verdes, que resulta un extraordinario regalo para la vista.
El domingo más próximo al 30 de mayo se celebra en la localidad de Morés la festividad de San Félix Papa y Mártir. Los vecinos acuden a la misa que tiene lugar en la singular y armónica ermita dedicada al santo y después continúan festejando a su patrón con un estupendo vermú en el exterior. El templo está muy bien conservado y su mayor peculiaridad reside en la total decoración de las paredes con grisallas, realizadas en 1699 por Miguel y Fernando Ponce, que explican pasajes del antiguo y del nuevo testamento. Sólo por verlas merece la pena asistir a la romería.
De las conmemoraciones alternativas cuando las inclemencias del tiempo las imponen, tenemos ejemplo este año en Torrijo de la Cañada, que celebrando el último sábado de mayo la fiesta de las letanías y romería a la ermita de Campo Alavés, hubo de centrar la fiesta en la iglesia parroquial y hacer una procesión sustitutiva por la población. Peor suerte corrió la romería a la ermita de Santa Quiteria desde Bubierca, que tuvo que suspenderse por el mal estado del camino en Valdelloso que conduce a la ermita.
Estas celebraciones tienen sus particularidades, pero un componente común a todas ellas, como ya hemos explicado, es la comida. Después de la romería, misa o rezo no falta un buen almuerzo, vermú, comida, merienda… o las cuatro cosas, siempre a su debido tiempo. Pero existen otros factores no menos importantes que las unifican: la participación, alegría y generosidad de las gentes que cada año acuden a venerar a sus advocaciones y que hacen que quienes por allí nos acercamos nos sintamos como en casa.
En la Asociación Torre Albarrana hubiésemos querido poseer el don de la ubicuidad durante estos días primaverales, para no perdernos ni una de estas numerosas e interesantes manifestaciones festivas, no obstante hemos asistido a todas las que nos ha sido posible y, como ya hicimos con las celebradas en invierno, dejamos constancia de nuestra participación sin olvidar, de entre las muchas que en esta época se realizan, la romería a la Virgen de Jaraba, que también convoca a cuatro localidades durante otros tantos fines de semana; la de la Trinidad a su preciosa ermita en el despoblado medieval de Vadillo y la de la Virgen de la Sierra, ambas en Villarroya de la Sierra; la de la Virgen de Cigüela en Torralba de Ribota; la del Niño Jesús en Aniñón; las muchas dedicadas a Santa Quiteria, San Gregorio y San Pascual… y, por supuesto, la de la Vera Cruz al Cristo de Ribota que se celebra en Calatayud el 1 de mayo y de la que ya dimos cumplida cuenta en este sitio web.
Mostramos, una vez más, nuestro reconocimiento a tan destacadas y participativas tradiciones y, especialmente, a todos aquellos que se esfuerzan día a día por mantenerlas y divulgarlas.