Datos arqueológicos

 

Hay noticia de restos arqueológicos aparecidos en:
Anchís

Término situado en la margen derecha del río Jalón, frente a las ruinas de la antigua Bílbilis, a 1 km de Huérmeda y 3,5 km de Calatayud, donde aparecieron señales de enterramientos: losas de piedra de yeso, conteniendo restos humanos. Pudiera tratarse de la necrópolis de Bílbilis, que no se ha localizado hasta el momento.

Peña de la Mora

Se encuentra emplazada sobre el pico del mismo nombre, rodeada casi en sus tres cuartas partes por el río Jalón, a unos 50 m de distancia de la carretera de Calatayud hacia Embid de la Ribera y a 1 km al norte de Bílbilis.

En la cumbre existe una construcción de hormigón romano, semejante a las de Bílbilis, y varios muros de piedra pertenecientes a una muralla y edificios indeterminados. Posteriormente albergó una torre medieval.

La Marcuera

Paraje situado en la ladera meridional de los cerros situados entre la carretera de Sagunto a Soria y la acequia del Saladillo, a 560 m de altitud y muy próximo al río Jiloca, siendo identificado como un oppidum celtibérico. Se encontraron restos de cerámica indígena decorada.

La Bartolina

Este yacimiento está situado en la parte oriental de la Sierra de Armantes, al norte del barranco del mismo nombre, junto a la antigua carretera de Madrid, y a 1.200 m de Calatayud en dirección a Terrer.

Aparecieron restos pertenecientes al neolítico medio: lascas de sílex, fragmentos de cerámica, un amuleto de piedra y un hacha pulida en fibrolita.

Los castillos de Armantes

En la sierra de Armantes, y en el punto donde se encuentran los términos municipales de Calatayud, Cervera de la Cañada y Torralba de Ribota, hay un área muy extensa de restos arqueológicos de cronología muy amplia, desde el paleolítico, con útiles de sílex tallados, restos de cerámica neolítica, hasta el musulmán. Sobre el terreno afloran varios muros destruidos y algunos depósitos de cenizas.

En otros puntos próximos hay varias cuevas con ocupación, una de ellas, situada en el extremo oeste del corredor de los moros, presenta petroglifos que tradicionalmente se ubican en la edad del bronce, si bien han desaparecido y se duda de su existencia, más allá de su mención en trabajos antiguos.

Dos kilómetros al norte, en la confluencia del barranco que baja de los Castillos con el río Ribota se encontraron muy escasos fragmentos de elementos culturales romanos, principalmente cerámica sigilata y monedas romanas.

En la vertiente norte del denominado Castillo mayor se localizaron fragmentos grandes de cerámica de tetones de la edad del bronce.

Marivella

Al sur de Anchís, aguas arriba del Jalón, entre la carretera de Calatayud a Zaragoza y el río, aparecieron restos de sílex de difícil datación y en sus proximidades hay una cantera de época romana de donde se extrajo mucha de la piedra con la que se construyó Bílbilis.

Illescas

Encima de la ermita de este mismo nombre, y extendidos por la orilla de los montes que llegan hasta san Ramón y Valdepeñas, aparecieron restos arqueológicos de interés, de distintas cronologías.

En el alto de san Ramón aparecieron varias hachas, al parecer del Bronce Final, y una fíbula de bronce, de época visigoda, junto con unos restos humanos, que son los únicos elementos del periodo visigodo conocidos en la zona.

Bílbilis

Se halla situada al sur de la confluencia del Ribota con el Jalón, a 4,5 km de Calatayud, y junto al barrio de Huérmeda, sobre el cerro de Bámbola y otra cumbre más oriental, conocida como cerro o altura de San Paterno, por la ermita de esta advocación. Es Monumento Histórico Artístico desde 1931, estando actualmente considerado BIC (Bien de Interés Cultural) en donde se desarrollan trabajos arqueológicos desde 1971.

Bámbola a 711 m de altitud sobre el nivel del mar y 200 m sobre el valle del Jalón. La ciudad celtibérica se extiende en los cerros de Bámbola y san Paterno, teniendo su origen en el siglo III a.C. Bilbiliz seria una de las principales ciudades de los belos llegando a acuñar moneda y tomado parte por el bando sertoriano durante las guerras civiles del siglo I, a.C., llegando a combatirse en el 77 a.C. en sus proximidades.

Es mencionada por autores clásicos como Estrabón, Plinio y Ptolomeo, que nos hablan de la fama de las armas que fabricaban gracias a la calidad del agua del Jalón, y de la cría de caballos, de su estatus jurídico en época romana, etc. La ciudad desarrolló una temprana y rápida romanización, en la que tuvo mucho que ver la presencia de gentes itálicas llegadas en el siglo I a.C., como quedó plasmado en el apelativo “Italica” que aparece en sus emisiones monetales, que supondría también disponer para la ciudadanía romana de un gran privilegio en aquella época.

En época del emperador Augusto es promocionada al rango municipal pasando a denominarse Municipium Augusta Bilbilis, manteniendo el privilegio de acuñar moneda durante los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula, lo que facilitó un complejo y costoso programa de monumentalización que quedó reflejada en su foro, teatro y termas, revestidos de los mármoles más lujosos importados desde todas las partes del imperio (Anatolia, norte de África, o de las canteras oficiales de Luni-Italia), así como dotado de los programas escultóricos más importantes, destacando el formado por Augusto, Livia y Tiberio, ejemplo del culto imperial que se desarrollaba en las ciudades más importantes.

De esta manera Bilbilis Augusta se convirtió en un escaparate, un muestrario de lo que Roma podía ofrecer y un modelo a seguir por otros asentamientos de la zona.

Muchos de estos edificios son actualmente visitables y sus programas decorativos y ornamentales se exhiben en el Museo de Calatayud.

Su habitante más famoso fue Marco Valerio Marcial (37/40 – 104 d.C.) que en el 64 marcha a Roma desenvolviéndose en ambientes palaciegos, y relacionándose con el círculo de Séneca y Lucano. La muerte de Domiciano y la llegada al poder de una nueva dinastía instaurada por Trajano, que a pesar de ser hispano de Itálica, supuso su exilio de Roma y su retorno a Bílbilis en donde terminaría sus días junto a una rica viuda, Marcela. Marcial es uno de los grandes poetas latinos y su obra un reflejo de la sociedad romana y una crónica de su tiempo. Mordaz, irónico y sarcástico como ninguno, no dejan sus epigramas estamento social que criticar, laudar o vilipendiar, lo que le granjeó más de un problema.

En Bílbilis, hoy en día es visible parte de su recinto amurallado, parte celtibérico, parte romano, que circunda la zona urbana, así como su foro, teatro, termas, viviendas, red de cisternas, de las que actualmente son visibles 68, lo que nos permite imaginar como fue la ciudad.

Durante la Edad Media, Bílbilis sirvió de cantera de piedra para numerosas edificaciones en la Calatayud medieval y posterior, contribuyendo así a la destrucción de sus ruinas.

A fines del siglo XVII los padres de la Compañía de Jesús comenzaron a recoger objetos de las ruinas de Bílbilis en una colección arqueológica que formaron en el Seminario de Nobles y que llegó a constituir un verdadero museo, especialmente numismático. También en la Torre de Anchís se formó, por mercedarios, otro museo colección. Ambas colecciones están desaparecidas.

Los trabajos arqueológicos se iniciaron en 1971, si bien con anterioridad Narciso Sentenach en 1917 y Adolf Schulten, 1933-1934, efectuaron exacciones menores. Hasta la fecha, se han continuado realizando y sus resultados pueden contemplarse directamente visitando el yacimiento o el Museo de Calatayud.

Valdeherrera

A 3 km al SO, junto al actual campo de golf. El extenso yacimiento de Valdeherrera se ubica en uno de los puntos neurálgicos de la celtiberia. Se desconoce el nombre de la ciudad, pero debió ser, según se desprende de sus dimensiones (casi 40 ha), una de las mayores de la celtiberia rodeada de un complejo foso defensivo.

Desde 2005 se están efectuando excavaciones arqueológicas que han permitido establecer el origen de la ciudad en el siglo III a.C., si bien con antelación la zona fue ocupada por un pequeño poblado de la edad del bronce. La ciudad fue destruida por primera vez durante la segunda guerra celtibérica y con posterioridad al 133 a.C. sería reconstruida, si bien volvió a ser destruida durante las guerras sertorianas hacia el 77/74 a.C. Se han localizado varias ínsulas y calles que presentan una organización ortogonal siguiendo los modelos itálicos, estando las viviendas decoradas con ricos pavimentos de opus signinun. También algunas de las pinturas romanas de época republicana más antiguas del valle del Ebro.

También se ha localizado una maqbara (necrópolis) musulmana fechada en la segunda mitad del siglo IX que hay que relacionar con la ocupación del territorio y de Qal´at Ayyub por parte de los ayubies tras su enfrentamiento con los Banu Qasi por el control del valle medio del Jalón.