Miradores bilbilitanos

Miradores bilbilitanos

Mirador del Barrio de la Puerta de Soria

Mirador del Barrio de Consolación

Callejear por Calatayud siempre es agradable y enriquecedor. En esta ocasión hemos elegido los barrios altos, en concreto el entorno de los castillos de Doña Martina y de la Torre Mocha. Esta zona ha mejorado notablemente ya que el ayuntamiento bilbilitano la ha rehabilitado, renovado y pavimentado recientemente para hacer más atractivo y cómodo tan interesante paseo y disfrutar de las preciosas vistas desde los nuevos miradores que se han habilitado al efecto hacia el norte y el sur de la ciudad.

Mirador del Barrio de la Puerta de Soria

Ermita de la Purísima. Fue construida originariamente en uno de los torreones de la Puerta de Soria y ampliada en fases sucesivas, entre la calle y el Barranco de Soria, conocido como Barrio de la Purísima.

Puerta de Soria. De las cuatro puertas de la ciudad, desaparecida la de Alcántara, restan tres: la Puerta de Terrer, la de Zaragoza y la de Soria. Varios postigos a lo largo de la muralla facilitaban también las entradas y salidas.

Murallas del conjunto fortificado. El recinto amurallado musulmán de Calatayud es uno de los más interesantes de España y bien podría existir ya en la primera mitad del siglo IX. Estaba compuesto por cinco castillos:  Consolación, Torre Mocha o Cocción de los moros; el de Ayyub, Mayor o Plaza de Armas; el Real, del Reloj o Lo Picado; el de doña Martina o de don Álvaro; y el de la Peña. Unían estos cinco castillos una serie de murallas formando un recinto de forma irregular que, en la actualidad, corresponde a los barrios de Morería, Barrera o El Cristo, Reloj o Lo Picado, La Paz, Puerta de Soria, Verde, y Consolación. La muralla, adaptada a la topografía del terreno, fue construida en distintas fases, de tapial con paramentos de piedra de yeso, asentada sobre la roca viva que se talló a pico, a fin de aumentar artificialmente la altura y resistencia del recinto. Un foso seco excavado en su derredor subsiste todavía en algunos puntos, aunque sucesivas reparaciones han alterado su primitiva fábrica. En total han llegado hasta nuestros días más de 2.250 metros de muralla, en muy diverso estado de conservación, cuya altura oscila entre 6 y 15 metros.

Puerta emiral. Se conserva en uno de los lienzos de la muralla, en arco de herradura. Del siglo IX, sigue el modelo de la puerta más antigua de la mezquita de Córdoba, lo que ha posibilitado fechar su construcción en torno al año 862.

Castillo Mayor. Muy alterado a través de los siglos, se aprecian varias fases de construcción iniciadas en la segunda mitad del siglo IX y ampliadas hasta bien entrado el siglo XIX, con grandes rellenos y modificaciones para instalar baterías de artillería. La parte más antigua está constituida por dos torres octogonales, el adarve que las une y un cubo cuadrangular que se destaca hacia el norte.

Peirón de San Vicente. El peirón o pilón de San Vicente, cerca del Castillo del Reloj, es un monumental pilar desde donde, según la leyenda, predicó San Vicente Ferrer. En el Barrio de San Roque existe otro de menores dimensiones, también dedicado al santo dominico.

Sierra Vicor. Alineación montañosa situada dentro de los macizos paleozoicos de la Ibérica zaragozana, formados por materiales cuarcíticos de gran dureza. Ei Pico del Rayo, situado a 1427 msnm, es la máxima elevación de esta sierra.

Castillo del Reloj. La plataforma donde se levantaba la fortaleza está cortada a pico, formando un paredón de 12 metros de altura. Se conservan una escalera y dos bodegas talladas en la roca. Entre pilares, a modo de espadaña, se encuentra la campana que regaló Pedro IV a Calatayud para recompensar, en 1366, el heroísmo bilbilitano en la guerra de los Pedros, otorgándole el título de ciudad. El toque de esta campana, conocida con el nombre de Reloj Tonto, marca el inicio de las fiestas patronales en la ciudad.

Basílica del Santo Sepulcro. Fundado en 1156, se constituye la primera comunidad de canónigos regulares de la orden del Santo Sepulcro. La consagración del templo tuvo lugar en 1249. El edificio que hoy se conoce fue realizado entre 1605 y 1613. Su construcción fue encomendada a Gaspar de Villaverde. En 1746 el Santo Sepulcro de Calatayud fue declarado de Real Patronato. El elemento más llamativo en el ornato de esta iglesia y que la singulariza es la serie de retablos en los que, a modo de monumental viacrucis, se representa completo el ciclo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, de una manera iconográficamente exclusiva. La colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud fue elevada a rango de basílica el 25 de noviembre de 2020.

Castillo de Doña Martina. Conserva su basamento en sillería de piedra caliza, procedente del yacimiento de Bilbilis, siendo la construcción islámica más antigua del recinto. También persiste un pasadizo cubierto con bóveda angular.

Mirador del Barrio de Consolación-Judería

Castillo de Doña Martina. Conserva su basamento en sillería de piedra caliza, procedente del yacimiento de Bilbilis, siendo la construcción islámica más antigua del recinto. También persiste un pasadizo cubierto con bóveda angular.

Iglesia de San Pedro de los Francos. Conquistada Calatayud a los musulmanes en 1120, Alfonso el Batallador fundó un templo bajo la advocación de San Pedro para que sirviese como parroquia a los cruzados francos de Bigorra, que le habían ayudado en la conquista. Durante la Edad Media, junto con el templo de San Andrés, sirvió como lugar de reunión del Concejo. También en su sobria portada, de tipo gótico levantino, hubo reuniones para administrar justicia y varias veces, bajo las bóvedas de su claustro, se celebraron las Cortes aragonesas. En 1411 se reunió el parlamento que debía tratar sobre la cuestión sucesoria planteada por la muerte de Martín I, que posteriormente se resolvería en el Compromiso de Caspe. En 1461 Juan II había reunido Cortes en este templo y, al llegar la noticia de la muerte del príncipe de Viana, fue jurado heredero de la corona el príncipe Fernando, tras acatamiento de los fueros aragoneses. La torre de esta iglesia, desmochada en 1840, sirvió en la guerra de los Pedros como atalaya para vigilar los movimientos del enemigo y coordinar la defensa de la ciudad. En 1931 fue declarado Monumento de Interés Histórico Artístico. El 9 de abril de 1978 se constituyeron formalmente en San Pedro de los Francos las Cortes de Aragón.

Colegiata de Santa María la Mayor. Su titular actual es la Asunción de la Virgen. Ya consta documentalmente en el siglo XII y se cree fundación de Alfonso I. La consagración del templo cristiano no se produce hasta 1249 y en el año 1253 se le considera parroquia mayor e iglesia de la nobleza. Durante un tiempo se llamó Santa María de Mediavilla, por estar en el centro de la ciudad. La actual fábrica fue levantada en las dos primeras décadas del siglo XVII, siendo anterior la magnífica portada del protorrenacimiento aragonés, tallada en alabastro, encargada en 1525 a Juan de Talavera y Esteban de Obray. Fue declarada Monumento Nacional en 1884 y en los últimos años ha sido objeto de importantes restauraciones. En el reconocimiento en 2001 por parte de la UNESCO del arte mudéjar aragonés como Patrimonio de la Humanidad, se eligieron seis monumentos como ejemplos principales, siendo uno de ellos la colegiata de Santa María, en sus elementos mudéjares: el claustro, el ábside, y la torre.

Iglesia San Juan el Real. El templo fue construido en el siglo XVII por la Compañía de Jesús y estaba dedicado a la Virgen del Pilar. Refleja la evolución del barroco en su disposición, y en su planta se ve influido por las obras de Gaspar de Villaverde; en el exterior aún mantiene las pirámides con bola propias del herreriano y una airosa torre barroca con reminiscencias mudéjares, edificada más tarde entre 1774 y 1777. El interior es el prototipo de las construcciones jesuíticas. Después de la expulsión de los Jesuitas, se trasladó allí la parroquia de San Juan de Vallupié, con lo que pasó a tener la advocación actual. De gran interés son las pechinas sobre las que, con cúpula de linterna, se cierra el crucero, ya que están decoradas con pinturas al óleo sobre lienzo realizadas por Francisco de Goya en 1766.

Azucarera labradora. Es una de las dos azucareras que se construyeron en la ciudad entre 1899 y 1900. En 2006 fue declarada Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.

Puerta de Terrer. Antes denominada del Matador, es una construcción bajorrenacentista, posterior a 1580, como se deduce de sus blasones. Actualmente es la sede del Centro de Estudios Bilbilitanos.

Fuente de Ocho caños. Inicialmente se levantó en la margen derecha del río Jalón, próxima a la Puerta de Alcántara, en el camino a Valencia. El conjunto arquitectónico de la misma lleva fecha de 1598, correspondiendo artísticamente al estilo manierista. En el siglo XX fue trasladada a su actual emplazamiento, junto a la Puerta de Terrer, sobre el Puente seco.

Museo de Calatayud. Se creó en 1972. Tras varias sedes, finalmente se ubicó en el antiguo convento de las Carmelitas, edificio del siglo XVIII. Adecuado y ampliado el cenobio con nuevas construcciones, en él se expone la colección arqueológica procedente de las excavaciones realizadas en Calatayud, principalmente de la ciudad romana de Bilbilis.

Recinto ferial. La ciudad de Calatayud cuenta con un recinto ferial de diseño moderno que data del año 2003, ampliado en 2021. Periódicamente alberga distintas exposiciones y se realizan diversidad de eventos.

Efigie del Corazón de Jesús. Cercano a la cabecera del Santuario de la Virgen de la Peña, en un borde rocoso que mira a la vega del Jalón y a la ciudad, se levanta esta estatua realizada en piedra de sillería, cuyo autor fue Virgilio Garrán. Se consagró durante la Semana Catequistica en septiembre de 1929.

Castillo de la Peña. Santuario de la Virgen de la Peña. En el solar de esta fortaleza se construyó el santuario de Nuestra Señora la Virgen de la Peña. Sólo se conserva un ámbito tallado en el yeso, cabecera y sacristía del actual santuario y, bajo ellos, varios pasadizos subterráneos que se cegaron con escombros. Del santuario hay datos de que fue elevado a la dignidad de colegiata hacia 1180. En 1343 se iniciaron las obras del templo mudéjar sobre el solar del castillo de la Peña, sustituyendo a una fábrica anterior. La importancia de los restos mudéjares de este templo es capital, ya que su fábrica es el arquetipo del grupo de iglesia-fortaleza de Aragón. Ha sufrido el paso de varias guerras, por lo que hubo de ser reparada en multitud de ocasiones. La mayor parte de la actual fábrica data de principios del siglo XIX. La última restauración fue como consecuencia del incendio que tuvo lugar el 9 de diciembre de 1933, se restauró el altar mayor y se hizo una nueva imagen de la Virgen, ya que la anterior, interesante ejemplo de Virgen sedente con niño de estilo románico, desapareció en el incendio.

Ermita de Consolación. Sinagoga mayor. La ermita de Consolación fue la sinagoga mayor del barrio judío, reconvertida en templo cristiano. Su fachada rehabilitada muestra las dos viejas puertas de entrada a la sinagoga.

Ermita de San Roque. Domina la ciudad desde el cerro, con los barrios de San Roque y de La Rosa a sus pies. Hay noticias de esta ermita desde el siglo XVI, en que se levantó en su actual emplazamiento como agradecimiento al santo por el cese de una pestilencia en la ciudad. Durante los siglos siguientes se han acometido distintas actuaciones de consolidación y mejora , la última rehabilitación se realizó en 2010.