Romace baturro de Alberto Casañal Shakery. 1910
Según datos suministrados por un vecino de Morata que lo vio venir
Angeles y serafines,
reyes, mainates, menistros,
cocineras y azafatas,
melitares y clerigos,
si tuvís sangre en las venas
y sois güenos catolicos,
ya podís bailar de gozo
y reventar de jubilo,
que en el portal de Belén
el niño Dios ha nacido.
Viene a redemir al mundo
y a pedricar contra el vicio
y a convencer con razones
a los granujas y pillos
que quien llevanos a rastras
al borde de un pricipicio.
Aunque pudo, sin trebajo,
nacer igual que los ricos
en cama de ciertopelo
sobre colchones mullidos
rellenos de perlas finas
y diamantes y zafiros,
prefirió, pa dar ejemplo
de humildá y de patriotismo,
nacer al lao de un pisebre
miserable y raquitico
en la posada de un pueblo
de sais u siete vecinos
ande no había ni escuela
ni botica ni medico.
Sigún los enteligentes
y astronomos y eruditos
encargaus en aquel tiempo
de escrebir los periodicos,
la noche que vino al mundo
nuestro Siñor Jesucristo
estaban los termometros
a cuatro grados u cinco
bajo cero, lo cual que era
tan desagerao el frío
que aquella noche de perros
no se heló el probe angelico
porque cerca de él estaban
dándole calor y abrigo
una vaca y un burrico,
sin contar cuatro pastores
que, al pasar por aquel sitio,
a San José y a la Virgen
ofrecieron sus servicios.
Apenas tuvo el alcalde
noticia de lo ocurrido
sin perdida de momento,
pa evitase compromisos,
llamó a tos los concejales
que había en el Monecipio
y por acuerdo unanime
de cuasi tos los riunidos
(exceción de trece, que eran
de la uposicion acerrimos)
se organizaron a escape
unos festejos lucidos.
El gobernador, que estaba
apurao con tal motivo,
pa hacer alarde de juerzas
(pues estaba algo tesico)
dio a los ceviles ordenes
severas y azto seguido
mandó que, a los Reyes Magros,
uno de sus domesticos
les juese a llevar a Oriente
un telegrama urgentismo.
Derigiose a Babilonia
aquel servicial subdito
a llevar el telegrama
amontau en un pollino,
y emprendió aquel largo viaje
rodeao del mayor segilo
pa que no se devulgara
la voz entre los judíos.
En sus palacios estaban
los reyes muy pacificos
con su cetro y su corona
gobernando sus dominios,
cuando el citao mensajero
se presentó de improviso
y el mensaje que llevaba
les entregó sin abrilo.
Así que los Reyes Magros
leyeron el anonimo
del gobernador, del trono
bajaron los tres de un blinco
y amontando sastifechos
en camellos autenticos
entre vitores y vivas
del pueblo y del ejercito
los tres, a la par, salieron
de sus reinos respetivos.
Gaspar se llamaba el uno;
Melchor otro, sigún dijo;
y Baltasar, el tercero;
y los tres eran amigos
dende su más tierna infancia,
pues juntos habían ido
con los padres escolapios
a estudiar cuando eran chicos.
Como entre los tres nenguno
sabía bien el camino,
entre los montes andaron
nueve u diez meses, perdidos,
hasta que salió una estrella
muy gorda y de mucho brillo
que, cogidos de las manos
los condució a su destino.
De regurosa etiqueta,
con maceros y musicos,
el alcalde y los ediles
salieron a recibilos
pa impedir que los de puertas
que no estaban alvertidos
les cobrasen el impuesto
u les darán con los pinchos.
Al portal se encaminaron
y al ver al recién nacido
enclináronse los Reyes
muy humildes y contritos.
Uno le ofrece oro y plata;
otro, incienso y cosmetico;
el otro, le ofrece mirria;
y el otro, que es muy cumplido,
le ofrece golver a vele
con su siñora, un domingo»
Ante Jesús se postraban
hombres, mujeres y críos,
y era tanta su alegría
al ver al recién nacido
que, sin compasión, lincharon
a tres u cuatro cinicos
que ante el Siñor no quisieron
portase como es debido.
Catorce días duraron
los festejos y el bullicio.
Atestau de forasteros
llegaba, siempre, el tren mixto
e hicieron el gran nigocio
los cines y los casinos.
Y mientras llenos de argullo
bailaban probes y ricos,
los angeles en las nubes
cantaban a voz en grito:
«Gloria en el excelsis Dedo»
que quié dicir traducido:
«Gloria al Espiritu Santo,
gloria al Padre y gloria al Hijo
que pa redemir al mundo
en un portal ha nacido»
Figuras de artesanía, María Calmarza