El dance y la contradanza de Cetina

El dance y la contradanza de Cetina forman parte de las manifestaciones folclóricas más interesantes de la Comarca. Se representan en la localidad de Cetina el 19 de mayo, día en que se celebran las fiestas mayores y patronales, en honor de San Juan Lorenzo.

El dance de Cetina es uno de los más antiguos de Aragón y se encuentra documentado, al menos, desde el siglo XVI. El dance es la fiesta, la crítica social, la alegría y la claridad del día. La contradanza es el misterio del fuego y de la noche, la fuerza, la acrobacia y el fervor colectivo. Los primeros datos sobre ella, que aparece con el nombre de mojiganga, son de 1751 y sin duda recoge elementos muy antiguos que se han ido fusionando a lo largo de la historia con elementos nuevos hasta dar el resultado de las 32 mudanzas que existen en la actualidad.

Ambos bailes son expresiones únicas que precisan ensayos previos algunas semanas antes y un gran esfuerzo colectivo de organización.

Dance

El día 18, víspera de la fiesta, después del ensayo general dentro de la ermita del santo, es el primer día en el que los danzantes salen a bailar por las calles sobre las siete de la tarde y vestidos de víspera, de color azul, debajo de vistosas faldas de encaje y peto, en honor a la Virgen de Atocha.

Van recogiendo las seis varas, previamente elegidas entre los cofrades, casa por casa, finalizando en la del alcalde y, de allí, se dirigen a la iglesia de donde sale la procesión con la peana de San Juan Lorenzo hacia la ermita para buscar la peana de la Virgen de Atocha y volver a la iglesia. En esta procesión los danzantes no bailan, se limitan a acompañar al santo, portando una espada sobre sus hombros.

El día 19, sobre las 9 de la mañana hacen otro ensayo en la plaza, ya vestidos con el transparente rojo en honor de San Juan Lorenzo. Interpretado por ocho niños, el Zagal y el Mayoral, van a buscar a las varas y al alcalde, bailando con la música por las calles.

Al llegar a la iglesia bailan la rueda de los pitos que repiten a la salida de la procesión delante del santo, al que bailan siempre de cara los pasacalles durante todo el recorrido de la procesión, yendo hacía atrás los danzantes. Allí mismo bailan un paloteo denominado cuarteado.

En la plaza de Valderrey interpretan un valseado o un medio valseado a la reliquia del santo que va bajo palio. La siguiente parada es en la placeta del Olmo, donde nuevamente se baila un cuarteado.

Finalmente la procesión desemboca en la plaza de la Villa. Los asistentes forman un amplio corro, presidido por las peanas, reliquia bajo palio, autoridades y varas y comienza una singular representación con la entradilla, en la que el mayoral y el zagal recitan las cuartetas. El mayoral exalta las virtudes del santo, mientras que el zagal busca la complicidad de los espectadores con sus gracias y dichos, finalizando con una jocosa recopilación de aquellos temas de actualidad de la vida local, que incluyen alguna leve crítica a las autoridades.

Después de los paloteados, de la rueda de las espadas y de la mudanza de San Juan Lorenzo, los niños recitan individualmente unos versos al santo que glosan su vida y milagros. En cada intervención, el zagal y el mayoral van comentando en verso como lo ha hecho cada uno, incluyendo coplas alusivas a los danzantes. Culmina la representación con unos versos finales del mayoral y del zagal pidiendo para todos la protección de San Juan Lorenzo.

De nuevo suben bailando, acompañando peanas y reliquia, hasta la entrada de la iglesia donde se les ofrece allí mismo, o en casa de la primera vara, un refresco. Después de la misa solemne continúan bailando hasta la casa del alcalde y de la primera vara, donde finalizan. A continuación niños, mayoral y zagal son invitados por las varas a comer.

Contradanza

A las 11 de la noche del día 19 empieza la contradanza en la plaza de la Villa frente al castillo-palacio. Es desarrollada por nueve jóvenes: cuatro vestidos con trajes negros y adornos en blanco y los otros cuatro con trajes blancos y adornos en negro. Los ocho cubren sus rostros con caretas. El noveno, llamado el diablo, viste un traje rojo con puntillas y adornos de flores blancas, cubierto por una boina con una borla colgante. Lleva la cara tiznada simulando patillas, bigote y perilla. El diablo dirige el baile y completa todas las mudanzas o cuadros plásticos realizados en la oscuridad, alumbrados por antorchas, elaboradas con cuerdas trenzadas y embadurnadas con pez.

La noche de la fiesta es costumbre que los danzantes vayan a buscar al diablo. Antes se dirigen a la casa de la vara primera, en cuya puerta hay una fogata para encender las antorchas. Después van a la casa del alcalde y luego, a la del cura, acompañados por la música de un pasacalles. Se apagan las luces y hacen su entrada en la plaza con las antorchas encendidas.

La duración de la contradanza depende del número de mudanzas y escuches realizados, pero no es menos de hora y media. Son treinta y dos mudanzas y un escuche cada cuatro de ellas. Las mudanzas imitan formas plásticas y llevan los nombres que representan: El dios de las aguas (Neptuno), San Pascual Bailón, San Juan Lorenzo, San Miguel, los arcos, la silla, la fuente, la cama y otras.

Después de la última mudanza, comienza una pantomima llamada el afeitado y la muerte del diablo, en la que éste es sentado en una silla y los contradanceros se aprestan a afeitarlo, le piden la cartera y aparentan matarlo.

Pero finalmente resucita, la música se acelera y, con palmas y la excitación de todos los asistentes, la contradanza termina con el grito estentóreo de “¡Viva San Juan Lorenzo!”.

La música de la contradanza es repetitiva, con una mínima variación en los momentos de los escuches. Es difícil sacársela de la cabeza después de asistir a esta impresionante manifestación folclórica, como difícil es no quedarse sorprendido y abstraído cuando se contempla por primera vez semejante espectáculo bajo la luz de las antorchas.

Al finalizar los danzantes, agotados por el baile continuado, llevan plasmado en sus caras el dramatismo de un esfuerzo físico excepcional y la alegría de haber completado un año más hasta el final una danza secular y mágica, que conquista a todos los que acuden a verla.

Las fiestas en honor de San Juan Lorenzo en Cetina son de Interés Turístico Regional desde 1996.

En el año 2012 la Contradanza de Cetina fue declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial.

Hemos dejado para el final el "antes" de la contradanza que tuvimos la suerte de captar mientras un contradancero era ataviado con tan singular indumentaria en su casa, donde fuimos recibidos generosa y calurosamente por la entregada familia a la que pertenece, donde nos instruyeron en este arte y donde nos permitieron realizar fotos sin límites. Fue una ocasión muy especial para nosotros y les estaremos eternamente agradecidos. Con este sencillo reportaje, desde la Asociación Torre Albarrana, queremos hacer un sincero reconocimiento a las familias que con tanta dedicación continúan salvaguardando esta magnífica tradición, a los danzantes y a todos aquellos que se esfuerzan por mantener vivos y continuar difundiendo el dance y la contradanza de Cetina.