Alhama de Aragón

Alhama de Aragón

(Texto parcialmente reproducido de la obra Cultura popular de la Comunidad de Calatayud, escrita por José Ángel Urzay Barrios, y publicada en Calatayud por el Centro de Estudios Bilbilitanos y la Comarca Comunidad de Calatayud, en 2006.)

Alhama es el pueblo de los balnearios, conocidos ya en época romana como Aquae Bilbilitanorum. Son cuatro: Termas Pallarés, con su increíble lago termal, Cantarero, San Roque, con el famoso Baño del Moro, y Guajardo. Forman un interesante y compacto conjunto de monumentos decimonónicos a ambos lados del Jalón: jardines, palacetes, capillas, paseos, instalaciones balnearias. Siempre han sido el motor económico de Alhama, cita de veraneantes y bañistas. Además, el casco urbano guarda interesantes edificios construidos en los años de esplendor del termalismo, entre los que destaca uno especialmente, El Chalé. También el ayuntamiento y las escuelas son edificaciones de la época, concretamente, de finales del XIX.

El castillo, una excelente torre rectangular de sillería propiedad de Termas, está encaramado en una roca que controla el paso del Jalón sobre el desfiladero. Es un buen mirador de todo el pueblo. Junto a la torre desagua una acequia excavada en el terreno y reforzada por un muro que protegía al pueblo de las filtraciones de agua en caso de lluvias copiosas o continuadas.

La iglesia de la Natividad o del Nacimiento de Nuestra Señora fue empezada a principios del XVII y concluida en la siguiente centuria. En la placeta de la Virgen del Rosario hay una hornacina con la Virgen.

Al otro lado del Barranco de Valdeviñas, atravesado por un pequeño puente de ladrillo, está el barrio de Chamberí, con sus bodegones, en los que se guardaba el vino, alguno de los cuales sirvió incluso como vivienda. En el extremo del barrio se puede ver la Fuente del Matadero o de La Teja, enfrente del viejo matadero, ya en la carretera.

El Barrio Somero es el núcleo originario de la población, según algunos, en él estuvo la iglesia de San Miguel, de la que no queda ningún vestigio.

Todavía se ve alguna mujer lavando la ropa en el lavadero cubierto, en cuya parte trasera se conserva un abrevadero. Al lado está la Fuente de la Higuera, de la que mana un chorrillo de agua, muy apreciada por la gente mayor. La Fuente de San Pedro, de excelente agua para cocer legumbres, adosada al muro de la carretera, fue inutilizada cuando hubo indicios de cólera en el valle del Jalón el siglo pasado.

La fuente de El Chorrillo, junto al río, sobradamente conocida en la comarca, ha sido siempre el lugar tradicional de encuentro de jóvenes y mocetes al atardecer.

En el centro del pueblo se conservan tres palacios de interés: El Palacio de los Padilla del siglo XVI, el Palacio, y el Palacio de la Plaza, ahora centro de la tercera edad.

La plaza de toros, remodelada y ampliada, fue construida cerca de La Cerrada, en el tramo final de Valdeviñas.

Alhama ha sufrido siempre el acoso de las fuerzas de la naturaleza por su situación. El río Jalón la inundaba periódicamente y de los cerros caen piedras, a veces enormes, que han causado más de una muerte. Dice la copla:

Qué grande sería Alhama

si siempre fuera verano,

las piedras no se cayeran

y el río no se saliera.

Junto a la ermita de San Roque se conserva el viejo edificio del cuartel de la guardia civil, donde nació el compositor Pablo Luna, concertador y director de la orquesta del Teatro de la Zarzuela en Madrid. Compuso Una noche en Calatayud.

Nada menos que tres cementerios hubo en Alhama. En la carretera de Godojos se mantiene a duras penas el único cementerio civil de la comarca, completamente abandonado, fácilmente reconocible por sus tres cipreses. En la lápida de la solitaria tumba vacía puede leerse: Don Francisco Tarodo Cabrejas falleció el 2 de diciembre de 1928 a los 47 años de edad. DEP. Tu esposa que no te olvida te dedica este recuerdo. Al otro lado de la carretera está el cementerio católico.

Subiendo por el barranco de Valdeviñas, entre La Serratilla y La Muela, languidece el cementerio viejo, en una de cuyas tumbas vive una enorme culebra que se come a los niños malos, según se ha transmitido oralmente para asustar a los más atrevidos. Es un cementerio derruido, invadido por la maleza, que conserva interesantes tumbas en la tierra, protegidas por rejas.

La ermita de San Roque, con arcos diafragma y otros más modernos, alargada, encima del balneario de Cantarero, junto al cerro del Calvario, conserva una imagen de la Virgen de la O, que regaló gente de Madrid al cura párroco.

La ermita de San Gregorio domina desde una elevación un paraje que antes estuvo plantado de viñedo. Es una ermita con tres arcos diafragma y un cobertizo en su parte delantera recientemente restaurado.

Hubo otras ermitas, pero apenas quedan vestigios de ellas. La de San Bartolomé estuvo emplazada en el cerro de su nombre; de igual manera, la de San Pedro estaba en su término. Una copla recoge la ubicación de las ermitas actuales:

San Gregorio en un alto,

San Roque está en cuesta,

Santa Quiteria bendita,

en término de Bubierca.

La Fuente de las Covatillas o de La Muerta, en el Barranco de la Cañada, tiene su propia leyenda. Al quedarse una doncella dormida en la fuente, una culebra se introdujo en su boca. Un hermano suyo pensó que estaba embarazada y la mató, por aquellas absurdas cuestiones de honor de entonces. Salió la culebra del cuerpo inerte de la muerta y ese es el origen del nombre de la fuente.

Hay otra leyenda en Alhama, también vinculada al terreno. Apostaron San Miguel y el diablo a ver quién daba el mayor salto desde el cerro de La Muela. San Miguel llegó hasta el cerro de Santiago, pero el diablo no llegó y cayó cerca del Jalón, donde dejó sus huellas impresas en una peña. La mítica piedra fue destruida cuando se construyó la carretera que va paralela al río..

El Trasvase es un embalse artificial de agua, resultado de un imposible proyecto de trasvase de agua del Jalón al embalse de la Tranquera, que ahora se utiliza para organizar concursos de pesca en las fiestas.

Hay rondalla y banda de música, la Banda del Alto Jalón, compartida con Ariza. Anteriormente hubo otra rondalla que tocó en el Palacio Real de Madrid delante de la marquesa de Squilache.

Alhama fue siempre una población industrializada en comparación con los pueblos de la zona. Había fábrica de gaseosas y de hielo, dos fábricas de jabón, dos tejares, una de baldosas, de mármol, otra de motores, serradoras, carpinterías y canteras de sílice. Se mantiene una fábrica de colchones y otra de lámparas. Hubo una familia de alfareros, los Muela, que vinieron de Tajueco (Soria). Trabajan la cerámica artística Manuel Palacín y Rosa Dalda. Los Marsol, que ahora son afamados anticuarios, vendían antes por todos los pueblos de alrededor pucheros y cacharrería a cambio de trapos y de hierro.

En Alhama, Bubierca y Ateca se rodó Los jueves, milagro, de Luis García Berlanga, cuya visión es recomendable para ver paisajes y tipos humanos perfectamente reconocibles de unos pueblos cuya fisonomía ya nunca será la de la película.