15 de mayo. San Torcuato y los varones apostólicos

15 de mayo. San Torcuato y los varones apostólicos

Según la tradición, tras la muerte de Cristo y la venida del Espíritu Santo, el apóstol Santiago vino a predicar a la península Ibérica convirtiendo a siete infieles (nueve según escasas fuentes) que le serían de gran ayuda. El mayor de ellos y primer convertido fue Torcuato a quien siguieron: Tesifonte, Segundo, Indalecio, Cecilio, Heisiquio y Eufrasio. Los siete estaban junto al hijo del Zebedeo cuando, el 2 de enero del año cuarenta, se apareció en carne mortal la Virgen con el Pilar, junto a la orilla del Ebro, insuflándoles ánimo para que siguieran con su labor evangelizadora. Poco después marcharon a Jerusalén donde Herodes Agripa mandó matar a Santiago. Los siete hispanos tomaron el cuerpo y lo trajeron a su tierra, concretamente al confín de la Tierra conocida, para enterrarlo en Iria Flavia.

Celanova (Orense). Capilla de San Miguel.

Desde allí fueron a Roma donde San Pedro y San Pablo los ordenaron obispos para evangelizar Hispania. Emprendieron la travesía desembarcando en Adra (Almería) y continuando hacia Acci, la actual Guadix, en Granada, adonde llegaron coincidiendo con los cultos que los accitanos estaban rindiendo a Júpiter, Juno y Mercurio. Los de Guadix al darse cuenta de que ninguno de los siete forasteros rendía culto a los dioses se alzaron contra ellos, que se vieron obligados a huir atravesando el río Fardes. El puente por el que cruzaron se hundió cuando los perseguidores estaban en medio. Una matrona llamada Luparia, que llegaría a santa, acogió a los obispos y los protegió para que siguieran con su labor. Decidieron dejar a Torcuato como obispo de Guadix y el resto marcharon a predicar por Andalucía, con la excepción de San Segundo, que no está claro si se quedó en Abla (Almería) o en Ávila. Torcuato fue finalmente martirizado muy cerca de Guadix, en Face Retama, lugar con un curioso complejo mudéjar subterráneo, donde fue enterrado cerca de un olivo que, según la tradición, habría plantado él mismo y del que cuenta la leyenda, y así lo aseguran los accitanos, es milagroso: florece el 14 de mayo, y al día siguiente ya tiene las olivas bien hermosas; su aceite y hojas se han usado como remedio para múltiples dolencias. Durante la guerra civil los de Guadix enterraron el olivo por miedo a que sufriera algún bombardeo. Años después el árbol enfermó y el que ahora marca el lugar del martirio es hijo del anterior. De éste hace unos años ofrecieron a Calatayud un esqueje para plantarlo, pero todavía no se ha recogido.

Bande (Orense). Iglesia visigoda de Santa Comba.

Con la llegada de los musulmanes el cuerpo se trasladó para su protección a Santa Comba de Bande, en Galicia, donde aún se conserva el pétreo sepulcro del que dicen los lugareños que el polvo de las paredes frotado en los ojos es útil en caso de enfermedad oftálmica. En el año 936 San Rosendo, muy devoto de San Torcuato, fundó el monasterio de San Salvador en Celanova y a él trasladó el cuerpo del obispo de Guadix. De aquel primer monasterio aún queda la capilla de San Miguel en la que probablemente se guardara el cuerpo de Torcuato. En 1592 se abrió el sepulcro comprobando como el sudario que cubría a Torcuato estaba blanquísimo y la tela que cubría la cabeza estaba ensangrentada y pegada a la herida que le provocó la muerte; asimismo se advirtió que el corazón estaba entero, aunque seco. El motivo de la apertura fue la extracción de reliquias que se repartieron a Compostela, Orense, el monasterio del Escorial y Guadix, que recibiría un calcáneo y un brazo (del que entregaron un dedo a la granadina abadía del Sacromonte). Más tarde recibieron el maxilar inferior, donado por los jesuitas cuando fundaron el colegio en la ciudad granadina. Existen dudas si esa fue la primera apertura del sepulcro porque, según la tradición, en Renedo de la Vega (Palencia) poseen una reliquia del brazo de Torcuato, que llegó al monasterio de Santa María en el siglo XIII, a la que profesan gran devoción.

Bande (Orense). Iglesia visigoda de Santa Comba.

En el monasterio de Celanova se construyó una nueva iglesia en el siglo XVII y a su presbiterio se trasladaron los restos (y nunca mejor dicho) de los santos Torcuato y Rosendo cuyas efigies, junto a la de San Benito, decoran la fachada del templo. Los primeros tienen el privilegio de celebrar la misa de su fiesta con rito mozárabe. Torcuato es el copatrón de la localidad y la devoción a éste, que a pesar de su antigüedad sigue viva, propició en 2006 el hermanamiento entre Celanova y Guadix. En el norte de España tiene el santo pueblos con su nombre: en Asturias, Orense, Lugo, Pontevedra, La Rioja y Santorcaz en Madrid (que es el de la serie de televisión “Crónicas de un pueblo”); tiene iglesias dedicadas en Zamora -el templo se demolió en 1837 pero la advocación pasó a la iglesia de los trinitarios-, en Abandiano (Vizcaya) de donde es patrón y se celebra su festividad con singulares dances, en Villabuena de Alava, en la provincia de Burgos lo veneran en Hinestrosa y en Villaescusa del Butrón con templo del siglo XII. En Toledo contaba con una de las parroquias más antiguas, de origen mozárabe, que fue demolida en 1870 pero se conserva la portada con la imagen de San Torcuato. Recientes estudios indican que en ella fue enterrado el Greco.

Celanova (Orense). Monasterio de San Salvador. San Torcuato a la izquierda de la imagen.

De vuelta a Guadix, se le sigue venerando en la ermita de Face Retama, en la capillita del arco de la puerta del santo y en la capilla de la catedral que él mismo fundara en el siglo I. La seo se asienta sobre una iglesia hispano visigoda del siglo X y lleva el nombre de Santa apostólica iglesia catedral de la Encarnación. Llama la atención el título de apostólica concedido a aquellas catedrales fundadas por los propios apóstoles o sus discípulos directos, en este caso por el primer obispo de España. En 1603 San Torcuato fue declarado patrón de Guadix y de su diócesis. El día 15 de mayo de 2020 estaba prevista la inauguración de un gran monumento, dedicado al santo, obra de Joaquín Torcuato Leyva, que ha quedado aplazada a causa de la pandemia. Son varias las ermitas y calles que tiene dedicadas en los pueblos de la diócesis accitana.

Zamora. Iglesia del convento de los Trinitarios Calzados. Puerta de San Torcuato.

La devoción a San Torcuato, Trocado en gallego, Torcado en portugués, Trokaz en eusquera, Torquar en francés…, que recibe culto entre los católicos y los ortodoxos, salta fronteras y encontramos, por ejemplo, una iglesia en Francia, no lejos de Aviñón, y otra en Guimaraes (Portugal) en la que presumen de tener la momia del santo obispo vestido de pontifical. En este caso la historia sería la misma, pero en vez de evangelizar y morir en Guadix habría hecho lo propio en Guimaraes.

Calatayud. Museo de Santa María. Retablo procedente de la desaparecida iglesia de San Torcuato. Talla del titular en el remate.

En la comarca bilbilitana se encontraba en Castejón de las Armas el lugar de San Torcal, con una ermita dedicada al santo, y en Calatayud llevan su nombre una calle y una travesía, cerca de la plaza de Ballesteros, en la que se alzaba la iglesia de su advocación, una de las parroquias más antiguas de la ciudad que ya en 1253 atendía a setenta y seis familias.

Calatayud. Museo de Santa María. Talla de San Torcuato.

La fábrica de esta iglesia sufrió mucho en la guerra de los dos Pedros y se reconstruyó a expensas del obispo Francisco Clemente, secretario del Papa Luna. Era pequeña de tres naves con ocho altares. La familia de La Cerda, que con el tiempo llegaría a obtener el ducado de Medinaceli, la tuvo bajo su tutela. Se suprimió como parroquia en 1867, se cerró al año siguiente y, como la de Toledo, se demolió en 1870. Parte de su patrimonio artístico pasó a la colegiata de Santa María, en la sala capitular vieja del claustro se expone un retablo gótico dedicado a San Vicente Mártir, además del retablo mayor que actualmente preside la sala capitular nueva y conserva una talla del titular en el remate. También en la parroquia de San Andrés se encuentra otra escultura a la entrada de la capilla de la Vera Cruz.

Calatayud. Museo de Santa María. Banco del retablo de San Vicente Mártir, procedente de la desaparecida iglesia de San Torcuato.

Desde la Asociación Torre Albarrana consideramos una obligación recordar este día, a San Torcuato y su lugar de nacimiento, al que en ningún momento se ha hecho referencia. La única escrita, localizada hasta el momento, viene dada por Mariano del Cos en el libro Glorias de Calatayud y su antiguo Partido, donde consta, según el padre Roque Alberto Faci (1684-1744), que San Torcuato nació en Bílbilis y San Heisiquio en Torrijo de la Cañada.

Hoy se celebra la festividad de los siete varones apostólicos, precisamente porque Torcuato, el primer convertido y el mayor de ellos, fue martirizado un 15 de mayo, de lo que da fe cada año el portentoso milagro del olivo.

Una efeméride que deberíamos tener algo más presente en Calatayud y recordar que, entre sus distinguidos hijos, también hubo santos.

Felicidades a todos aquellos que lleven el nombre de nuestro ilustre paisano.